ilenio se aventó una buena investigación, la cual desgraciadamente no se puede aterrizar demasiado, pues los del famoso Grupo así se los pidieron y de esa manera lo establecen en la muy completa nota de 8 ayer.
Ya la segunda nota -publicada hoy en el mismo diario- es como jugar al teléfono descompuesto: todos nuestros insignes legisladores, entre ellos varios ex gobers, ooobviamente niegan saber y se lanzan al ruedo para decir que está muy mal, que su existencia atenta contra el estado de derecho (cierto) pero es puro bla bla bla porque nadie confirma lo de la nota del diario dirigido por Carlos Marín.
Lo cierto es que, de existir, dicho supuesto Grupo armado hasta los dientes y con una tecnología envidiable nos haría pensar que:
1) La población con capital estaría sucumbiendo a la nada constitucional tentación de hacerse justicia por propia mano. Experiencia que, en Colombia y otros países, termina haciendo efecto boomerang contra la sociedad misma prácticamente todas las veces. Eso de "integrar a esos agentes a los órganos públicos" es una vacilada: bien pueden ser mercenarios, por mucho que hablen de lealtad, aha.
2) Blackwater tuvo, tiene o tendrá mercado en México. Grupos paramilitares con ex elementos de élite en esos órganos a través de EU u otros países, tienen terreno fértil y ahí entramos a la tentación para llamarles, pero ¡de parte de los gobernantes! Eso es grave, porque obviamente sería encubierto a más no poder todo y bueno, la saga de consecuencias sería terrible, por decir lo menos.
Esa es la realidad de nuestro país con lo que se dice y lo que se quiere tapar. Con la prensa que quiere vender y los gobiernos que no pueden exhibir absolutamente todo, porque caerían más de los que se creen. Ahí está Morelos hoy en el mapa, pero han pasado, y parece que van a pasar al ruedo, otras entidades.
Duele esta realidad.
Ya la segunda nota -publicada hoy en el mismo diario- es como jugar al teléfono descompuesto: todos nuestros insignes legisladores, entre ellos varios ex gobers, ooobviamente niegan saber y se lanzan al ruedo para decir que está muy mal, que su existencia atenta contra el estado de derecho (cierto) pero es puro bla bla bla porque nadie confirma lo de la nota del diario dirigido por Carlos Marín.
Lo cierto es que, de existir, dicho supuesto Grupo armado hasta los dientes y con una tecnología envidiable nos haría pensar que:
1) La población con capital estaría sucumbiendo a la nada constitucional tentación de hacerse justicia por propia mano. Experiencia que, en Colombia y otros países, termina haciendo efecto boomerang contra la sociedad misma prácticamente todas las veces. Eso de "integrar a esos agentes a los órganos públicos" es una vacilada: bien pueden ser mercenarios, por mucho que hablen de lealtad, aha.
2) Blackwater tuvo, tiene o tendrá mercado en México. Grupos paramilitares con ex elementos de élite en esos órganos a través de EU u otros países, tienen terreno fértil y ahí entramos a la tentación para llamarles, pero ¡de parte de los gobernantes! Eso es grave, porque obviamente sería encubierto a más no poder todo y bueno, la saga de consecuencias sería terrible, por decir lo menos.
Esa es la realidad de nuestro país con lo que se dice y lo que se quiere tapar. Con la prensa que quiere vender y los gobiernos que no pueden exhibir absolutamente todo, porque caerían más de los que se creen. Ahí está Morelos hoy en el mapa, pero han pasado, y parece que van a pasar al ruedo, otras entidades.
Duele esta realidad.
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