En la Ciudad de México no sólo se da ese extraño fenómeno por el que la gente es llamada a las calles para su deporte y esparcimiento; además la economía de la Ciudad se hace en la calle todos los días. En todos los cruceros de todas las avenidas, e incluso en las vías rápidas, hay vendedores ambulantes; en todos los paraderos de autobuses y en todas las aceras de las zonas más transitadas hay puestos semi-fijos de artículos o alimentos. Y no hay acera que no esté demarcada por cajas de madera, de cartón o cubos o botellones de plástico, y no hay lugar donde uno pretenda aparcar el auto en donde no se aproxime un fulano a exigir una dádiva a cambio de retirar tales obstáculos.
Hoy el diario Reforma publica que Eduardo Santillán, Jefe Delegacional (Delegado) en la Álvaro Obregón, empadronó y entregó identificaciones y chalecos a 124 "franeleros", "viene-viene", "máis", o como sea que quiera llamársele a los rufianes aquellos que extraen rentas privadas de los bienes públicos para provecho propio y de las autoridades, con la complicidad y complacencia de estas.
La nota cita además el cínico doble discurso de Benito Mirón Lince, Secretario del Trabajo del Distrito Federa, quien por un lado dijo a estos franeleros "regularizados" que el trabajo es un derecho constitucional, y que si ellos habían formalizado su situación ante la Delegación nadie tendría el derecho a decirles que no pueden trabajar ni ganarse el sustento para sus familias, al tiempo que respaldó la propuesta de arrestar a los franeleros no regularizados que pretende legislar la Asamblea del D.F.
A eso hay dos cosas que decir: primero, que si para el Gobierno del D.F. y la Delegación Álvaro Obregón es legítimo disponer de un bien público para beneficio privado, siempre y cuando se esté "empadronado" (y "a mano") con ellos, entonces no veo qué impediría que alguna de las grandes operadoras de estacionamientos de la ciudad pusiera casetas de cobro y empezara a cobrar peaje, por ejemplo, en los "puentes del os poetas" por los que se accesa a Santa Fe.
Del otro lado, está mandando el mensaje de que si no quieren ser arrestados, los "franeleros" deben empadronarse y ponerse de acuerdo (y "a mano") con el GDF y la Delegación, o de lo contrario serán perseguidos. Con eso lograrán que cada "franelero" empadronado sea un voto más a favor del PRD en las elecciones del 2012. Y así, al final, todo mundo pierde, menos el gobierno del PRD.
lunes, 13 de diciembre de 2010
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