jueves, 15 de abril de 2010

¡YA BASTA!

Maite Reyes Retana

Según un informe confidencial entregado a legisladores “La violencia vinculada al crimen organizado y el narcotráfico en México ha dejado más de 22 mil 700 muertos desde diciembre de 2006, cuando el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los carteles de las drogas.”
Además, se informa que “....sólo entre enero y marzo del 2010 se han registrado 3 mil 365 asesinatos.....el 2009 ha sido el año más violento con 9 mil 635 asesinatos”.
De entre todas estas muertes, algunas se han vuelto emblemáticas: la de los adolescentes de Villas de Salvácar, los estudiantes del Tec de Monterrey, los 10 muchachos de Durango y, más recientemente, la de los niños Bryan y Martín, de cinco y nueve años respectivamente.
Lo más dramático de este caso es que los niños viajaban con sus papás, sus hermanas, tíos y primos. A pesar de lo familiar de la escena, el ejército le disparó a la camioneta en la que viajaban, aventó granadas y mató a los dos niños.
Bryan, el de cinco años, murió en brazos de su madre; a Martín le dispararon por la espalda.
La Secretaría de Gobernación aseguró que la muerte de los niños ocurrió durante un enfrentamiento entre fuerzas militares y presuntos sicarios. Sin embargo, Cintya Salazar, la mamá niega que tal fuego cruzado haya existido. En entrevista con Denise Maerker, relató así el supuesto “fuego cruzado”: “Sería imposible que ellos no vieran tanta corredera de niños y así seguían disparando, todavía en el monte... y yo les gritaba que no, que no tiraran. Cuando yo ya quise bajar a mi hijo, el de cinco años, me lo mataron en mis brazos. Yo le gritaba a mi esposo, Martín me mataron a Bryan... mi esposo lo único que hizo fue ayudarme con una sola mano, porque la otra se la desgarraron. Todavía quise salvar a mi otro hijo, al que se me quedó en la troca, y en el momento que abrí la cajuela me aventaron una granada”.
Los funcionarios encargados de la seguridad acostumbran justificar la caída de ciudadanos con el argumento de que en una guerra “siempre hay costos”, pero hay límites.
El asesinato de niños a manos del Ejército es absolutamente injustificable y, si esto no sirve para que Calderón entienda que su guerra contra el narco está perdida, no sé que más necesita.

1 comentario:

  1. Maite.

    Yo no sé quien asesinó a los niños, aunque me inclino a creer que fue el ejército, pero me parece inaceptable que se pretenda dar carpetazo al asunto con base en un peritaje de los principales sospechosos de los asesinatos, considero que para este tipo de casos tendría que haber una instancia independiente que hiciera el análisis, para mi si es necesaria una reforma en la que se establezca también la obligación de atacar también la parte financiera, no restar capacidad de movilización al ejército y hacerlo que en estos casos (como en otros) rinda cuentas ante las autoridades civiles

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