miércoles, 27 de enero de 2010

BAR BAR, MUESTRA DE LA IMPUNIDAD

Maite Reyes Retana

¿Violó el Bar Bar alguna disposición legal al permanecer abierto hasta altas horas de la madrugada? Seguramente sí, y lo hizo con la complicidad de las autoridades delegacionales.
Esto es grave, pero tiene una explicación lógica: la Ley de Establecimientos Mercantiles, que obliga a antros y bares a dejar de vender bebidas alcohólicas a las 2:30 de la mañana y cerrar a las 3, es absolutamente absurda ¿Porque el gobierno nos va a decir a los ciudadanos hasta que hora tenemos derecho a reventarnos?
Es claro que cualquier ley absurda como ésta, que pretenda sancionar las libertades, esté condenada, desde el inicio, al fracaso. Y no es raro, pues, que existan resquicios legales para violarlas. Lo mismo sucede con los ciudadanos que avisan, a través de las redes sociales, de la localización del alcoholímetro, para prevenir a sus conocidos y evitar así la detención.
A pesar de que muchos han dicho que el problema de fondo es el consumo excesivo de alcohol de los mexicanos, y que el caso de Cabañas solamente demuestra que estar en un bar, bebiendo, hasta las 5 de la mañana es casi sinónimo de violencia, no estoy de acuerdo.
Ni creo que sea condenable que un futbolista, o cualquier ciudadano, salga y se desvele en domingo. Esos comentarios moralistas me parecen de hecho ridículos y peligrosos: si el Estado empieza a meterse con los vicios y placeres de los ciudadanos, pronto lo tendremos observando nuestras camas.
Yo creo que el problema es la impunidad con que cuentan algunos para portar armas. Basta pararse afuera de Sport City Polanco, o de Cinemex o de algunas universidades y escuelas para ver una multitud de guaruras, todos armados.
¿Quién les dio licencia para portar armas? Quien sabe, el hecho es que las portan y obedecen órdenes de patrones, estén estos sobrios, briagos o drogados.
El asesinato de Luis Alfonso Belmar a manos de un guarura en 2006, en pleno día y en el Viaducto, debió haber prendido algunas alarmas, pero no lo hizo y la razón es clara: la gente que contrata guaruras es rica, más rica que la media por lo menos, y por lo tanto intocable para nuestras autoridades.
Que Salvador Cabañas haya discutido con el JJ por una mujer, o que si el cuñado le coqueteó a la cubana, resulta irrelevante. Pretender controlar estos roces sería tanto como que todos nos encerráramos en nuestras casas para evitar posibles problemas con los otros. Lo que si se puede, y se debe controlar, es que haya gente armada en lugares públicos, y que actúa en total impunidad.
En el caso de Luis Alfonso Belmar, las autoridades nunca investigaron para quién trabajaba el asesino, y el caso sigue sin resolverse. Se dijo que el guarura trabajaba con la familia Funtanet, pero la investigación no arrojó ningún resultado. Y esto a pesar de que, según fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, en 2004 se interpuso una denuncia contra Francisco Funtanet Mange después de que presuntamente éste ordenó a sus escoltas golpear a Enrique Vargas del Villar. Tampoco en ese caso se hizo justicia.
La impunidad de que gozan los ricos, y el poder que esto les confiere, es, creo yo, uno de los más graves problemas a los que nos enfrentamos. Quiero ver quien va a ser el valiente que se atreva a decirle a Slim, o a Azcárraga, o a cualquier otro millonario que sus guaruras no tienen derecho a portar armas. Y quiero ver que dueño de bar o restaurante le niega la entrada a clientes que gastan miles de pesos en una noche.
Lo peligroso no es salir en la noche, no caigamos en la tentación de condenar la diversión. Lo realmente peligroso es la combinación de impunidad, prepotencia, corrupción y complicidad entre intocables y autoridades.

3 comentarios:

  1. Tu idealismo es casi poético Maite, pero se queda en inocente. De noche en todos lados uno se expone a mil peligros, y entre más tarde peor.

    Si viajas por el resto de norteamérica y a varios países de Europa, que estaremos de acuerdo es el primer mundo, en los bares antes de la media noche la barra llama al último trago, y sonadas las 12 campanadas, por ejemplo, del Big Ben, casi te sacan del pub. Lo que se llamaría antro cierra, cuando tarde, a las 2 ó 2.30 AM, hora a la que seguridad persigue linterna en mano hasta al último parroquiano.

    Tal vez sólo la marcha madrileña y la joda bonaerense (ojo, Argentina no es primer mundo) sean la excepción. Incluso en Nueva York, llamada por Sinatra "la ciudad que nunca duerme" para la marcha en algún momento de la madrugada.

    Prolongar excesivamente la fiesta es sumamente peligroso, pues quienes lo hacen terminan sumamente o doblemente intoxicados (sumamente=ebrios doblemente=ebrios+drogados, para contrarestar el alcohol), estado en el cual pueden ser capaces de todo.

    En mi juventud de discos, bares, "antros" y clubes en más de una ocasión estuve expuesto a riñas a botellazos, sillazos, puños y lo que me digas; pero no fue sino hasta llegnado a México que me tocó presenciar zafarranchos protagonizados por "escoltas" comandados por un crío imberbe y ebrio a más no poder que lanzaba a sus canes contra el pobre diablo que pensó "le triaba" la onda a su novia, al que "lo vio feo", dejó el vaso en su mesa, lo que quieras.

    De hecho una vez sobreviví (literal) el fuego cruzado de una refriega entre (al menos) dos grupso de escoltas enfrentados por sus "patrones".

    Creo que el tema más apremiante es la de la falta de efecctivdad de las autoridades capitalinas en la aplicación de la ley. Desde que la capital mexicana se convirtió en botín del PRD la violencia e impunidad en la ciudad va en escalada, lo cual a su vez propicia la "carrera armamentista" de los particulares para autoprotegerse con escoltas y blindajes.

    En teoría para controlar esos riesgos el propio Ebrard promulgó sendas leyes de seguridad privada en el DF, además de la que sacó Fox en su momento, para que no hubiera choferes empistolados por la ciudad sino, en teoría, guardaespaldas profesionales. Pero la realidad es otra.

    Igual el GDF y las delegaciones tratan de controlar los "antros", pero con lo de la cuenta de una mesa en "antro fresa" cualquier inspector se da por bien servido. Nótese que el BAR BAR está en delegación PRDista; ¿se acuerdan del operativo de Gabriela Cuevas en el Bandasha de las Lomas? Ahí tiene el ejemplo de aplicación de la ley debidamente instrumentada (a diferencia del lamentable caso News Divine).

    En teoría la gente debería poder salir a divertirse sin temer por su vida, pero las cosas no son así. El caso de Salvador Cabañas evidencia la corrupción e ineptitud del gobierno y las delegaciones PRDistas; esperemos que la gente los reflexione en el 2012.

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  2. Rosco:
    estoy de acuerdo contigo en casi todo, pero insisto en que el peligro es que haya gente armada que actúa impunemente. Te pueden disparar igual a las 5 de la mañana que a plena luz del día en Viaducto, o no?

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  3. ... y eso que en EE.UU.A. el derecho a poseer armas es más robusto que en México; ¡imagínate si aquí hubiera algo como la NRA!

    Esto refuerza la impresión que hay en el mundo de que México es un país de salvajes y tierra sin ley.

    En mi refuerza la idea de que no hay estado de derecho, que esto es un Estado fallido y, además, que el resentimiento social se externa cada vez más en prepotencia y violencia.

    En la capital del país cada quien hace de su capa un sayo: un día un chofer de camión de basura decide meterse por donde no debe circular y dos personas inocentes terminan gravemente lesionadas, mientras que en un antro que no debía estar abierto de madrugada un deportista que no debía estar ahí terminó herido por un arma que no debería haber estado en posesión de quien la accionó.

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