martes, 2 de junio de 2009

Productos ... que diga, Políticos "Milagro"

Hoy día la publicidad de televisión pulula con anuncios de productos llamados "milagro", que prometen borrar cicatrices otrora indelebles, quitarnos lo gordos, casi también lo feos, lo chaparros y cualquier otro rasgo que pudiéramos considerar indeseable en nuestras personas. Pero lamentablemente muchos de esos productos no son sino placebos, que no surten ningún efecto de los deseados y ocasionan a sus adquirentes grandes desembolsos sin cumplir lo prometido.

Existe un organismo de la Secretaría de Salud llamado "COFEPRIS" o Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios http://www.cofepris.gob.mx/wb/cfp/atribuciones, que combate el ataque de las compañías que pretenden embaucar a la gente ofreciendo productos incapaces de cumplir las prestaciones que prometen. La COFEPRIS vigila que su publicidad no sea engañosa, y si lo es, retira la propaganda de esos productos y también los saca del mercado. http://www.cofepris.gob.mx/work/sites/cfp/resources/LocalContent/402/1/b55.pdf

Además de la publicidad de productos milagro, ahora estamos inundados con la publicidad de "políticos milagro", que prometen hacer lo que nadie ha podido (o querido hacer) por éste país y su gente: darles empleo, atención médica, seguridad, alimentación, una vida digna, etc., aunque habiéndolo podido hacer antes no lo hayan llevado a cabo, o a pesar de que sean incapaces de hacerlo dada la oportunidad.

Pero lamentablemente no tenemos una "COFEPRIS electoral"; tenemos un IFE que ni sirve para lo que tiene que servir, ni controla la publicidad falaz y engañosa de estos "políticos milagro". http://www.ife.org.mx/portal/site/ifev2/Acerca_del_IFE/;jsessionid=fDLDKmKZxwQY9RpNrDmVzPVdDDM1p03yVSDwKpnkjJ2TXVyjXRNb!177643386!1265652871#3

Pretende encargarse de que las elecciones federales sean apegadas a la constitución y las leyes electorales, no obstante lo cual aún en abierta contradicción a esa constitución autoriza que se publiciten partidos y políticos al amparo de programas sociales con los que en muchos casos no tuvieron nada que ver. Pero peor aún, no tiene ni la capacidad ni las facultades para protegernos contra ni librarnos de la publicidad engañosa de los "políticos milagros".

La única posible mesura de una "COFEPRIS" en materia política radica en la ciudadanía. Pero el símil del mercado no aplica como con los productos "milagro" que salen del mercado cuando la gente decepcionada deja de comprarlos; no hay autoridad que obligue a los "políticos milagro" a cumplir las prestaciones prometidas, más que el "voto de castigo", como el que se ejerce contra un establecimiento que nos da mal servicio al acudir a obtener ese servicio en un establecimiento competidor.

La gente (idealmente) no deja de comer porque le atiendan mal en un restaurante; simplemente deja de ir a ese y acude a otro donde reciba el servicio que espera por el precio que paga. No podemos dejar de soportar a los partidos porque el sistema es organizado y manejado por ellos; pero sí podemos dejar de darle nuestro voto a los partidos cuyos militantes y políticos no nos hayan dado el servicio por el que pagamos impuestos.

Lejos de dejar de votar sería mejor que quien se sienta defraudado, decepcionado, engañado o timado por el partido o los políticos por los cuales votó la última vez, en ésta ocasión vote por otro, y si eso no funciona en la siguiente vote por otro distinto. Pero nada se resolverá dejando de votar, ni anulando boletas.

Mejor votemos.

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