Para nadie es un secreto que
la remoción del ahora ex Procurador Federal del Consumidor, Humberto Benítez
Treviño, tuvo un fuerte empuje desde las redes sociales.
El funcionario ahora ya no
lo es más. La razón para su separación del cargo viene desde el presumible abuso de poder
por parte de su hija Andrea, la tristemente célebre #LadyProfeco. Todo indica
que, en un alarde de prepotencia, la conocida como “Lady” (larga historia del porqué
del mote) ordenó clausurar el "Mosaico Bistrot" de la Colonia Roma
del D.F. al no serle otorgada la mesa la cual exigía con una celeridad procesal
mayor a la de nuestros "ilustres" jueces.
Pasaron varios días,
seguramente en Los Pinos evaluaron los daños, aterrizaron y consensuaron para
mejor sacrificar una pieza. Así la gente se lleva la idea de que “están sensibles
a lo que pide la población”. Es decir, sí impactan las redes sociales y las
opiniones críticas desde los medios.
Lo bueno es que importan, lo
bueno es acabar con esa prepotencia la cual ya nadie quiere en este país, ese
abuso de poder el cual soñamos con erradicar. Lo malo es: siguen ahí varios
casos de abusos de poder, de lujos incuantificables, de historias que no
sabemos, todo con nuestros impuestos.
Una gran pregunta es ¿quién
sigue? Porque la dinámica en nuestras vías de opinión entre ciudadanos se
mantiene intacta, hasta más fuerte. La cuestión es notar el parecido a las
olas, pues se vuelcan sobre una persona por un dislate, resbalón, o error, y al
otro día, otro personaje es el trending
topic.
Vaya, la mayoría de los ciudadanos
usuarios de redes sociales, sabemos hay varios casos más como el de
#LadyProfeco. Viendo esta “sensibilidad” antes inimaginable –sobre todo en los
tiempos del “Partidazo”- nos gustaría solicitar de todo, la cosa es: ¿con qué
orden?
No cabe duda, vivimos
tiempos vertiginosos en cuanto a información y escrutinio fuenteovejunezco. Ciao, Papi Profeco.
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