miércoles, 29 de julio de 2009

Otra Tarjetita Más ... en el Estado Big Brother.

El gobierno federal anunció la emisión de la nueva cédula de identidad biométrica http://www.eluniversal.com.mx/nacion/170191.html, en otro vano y costoso intento por que en México se cuente con un instrumento para que la gente pueda probar que es quien dice ser, apenas a una década de haberse inventado la "CURP", que pretendió ser la "green card" mexicana.

Entonces ahora además de su licencia para conducir, su credencial para votar, su CURP, su cédula profesional y demás documentos, el mexicano deberá cargar con una mica más en el bolso o la billetera, o bien que reponer si es asaltado o se le olvida por ahí; pero además está el peligro (para la gente decente y los ciudadanos con un modo honesto de vivir) de la existencia de un registro que ahora no nada más tenga santo y seña de la gente, sino incluso datos de lectura del iris, del rostro de las personas, etc., información cuya sustracción hace exponencial el peligro del robo de identidad.

A eso no hay pretexto que valga; en múltiples ocasiones se ha hecho público que el sacrosanto registro federal electoral no es infalible ni está a salvo, e incluso ha sido vendido al mejor postor tanto para el simple envío de publicidad como para fines delictivos. Si eso ha sucedido con la información del registro más y mejor custodiado por la partidocracia, dado su valor electoral, ¿que puede esperarse de un registro biométrico para usos generales? El hecho que la información de identidad de las personas se encuentre dispersa entre múltiples bases de datos de diversas autoridades suponía una medida de seguridad de facto para la gente de que la suplantación de la identidad de las personas requeriría por lo menos el esfuerzo de meterse en todas esas bases de datos.

Pero esta medida es absolutamente inútil; la institución de la CURP pretendió dar certeza y seguridad respecto de la identidad de la población mexicana, y ni eso ha evitado, por ejemplo, los cambios ilícitos de AFORE del que han sido víctima miles de trabajadores, precisamente a través de la falsificación de CURPS, credenciales del IFE y bases de datos de ambos. Incluso el DNI en España no incorpora datos biométricos más allá de la huella dactilar de la persona; apenas hace unos años el Reino Unido tomó la medida de introducir el documento de identidad con esa información, como medida de control ante el terrorismo. Nada más que resulta que dichos países sí tienen marcos jurídicos y agencias nacionales de protección de datos personales funcionales y robustos, que en México son inexistentes.

La utilidad de una cédula biométrica mexica queda superada por los riesgos que en un país sin regulación protectora de la información e identidad personales implica la compilación bajo un mismo techo de toda esa información de las personas, y resulta además engorrosa ante el anuncio de que no sustituirá a otros documentos de identidad. Si con la cédula ésta uno se ahorrase tener que cargar con IFE, CURP, RFC, pasaporte y cédula profesional (todas ellas emitidas por autoridades federales) por lo menos tendría alguna utilidad, aunque ni eso compensara el riesgo. Pero ante el anuncio de Gómez Mont de que no habrá tal sustitución, insisto en que no le veo el caso.

1 comentario:

  1. Rosco:

    Efectivamente no tiene caso sacar una nueva cédula de identidad ciudadana con características tecnológicas muy avanzadas si no se suprimirá la credencial del IFE. Cabe señalar que este proyecto de la cédula viene desde las épocas de Enrique Olivares Santana cuando era secretario de Gobernación con López Portillo en el sexenio 1976-1982.

    La mejor experiencia de una credencial digital o electrónica para los ciudadanos la tiene Singapur con la Identity Card http://www.ica.gov.sg/

    Pero claro y por supuesto que Singapur está muy lejos y en el gobierno federal no les alcanza el cerebro para localizar estas buenas prácticas y experiencias exitosas.

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