miércoles, 29 de julio de 2009

¿Pena de muerte a secuestradores?

Maite Reyes Retana

No estoy de acuerdo con Calderón en que los cárteles de la droga son el problema principal de México. La pobreza y la descomposición social son, para mí, los verdaderos cánceres a los que nos enfrentamos.
La pobreza, esa que crece alarmantemente, es el caldo de cultivo ideal para el engrosamiento de las filas de la delincuencia, organizada o no. Y la falta de respuesta de las autoridades, su cinismo absoluto, es la madre de la descomposición. No creemos en nada ni en nadie, no por desconfiados, sino por falta de resultados.
Los ciudadanos, hartos de la ineficacia de la policía, exigen soluciones cada vez más violentas. Basta leer algunos de los comentarios de los lectores a la noticia de la captura de los secuestradores y asesinos de Silvia Vargas para darse cuenta. “¿Que esperan para implementar la pena muerte y matar a estos perros que no tienen madre? Porque serían capaces de secuestrar y mutilar a su propia madre si eso les diera dinero. Maten a esa basura y regrésenle un poco de tranquilidad al pueblo”, sugiere un lector. Otra, más extrema, escribe: “...deberían usarlos como ejemplo de mano dura. PENA DE MUERTE. Pero que los hagan sufrir, que los violen en la cárcel, que terminen con ellos poco a poco.”
Otro lector, en el mismo tono, aporta su propuesta:”La solución a todo esto es que todos los secuestradores sean concentrados en una prisión gigante donde se les CASTRE y donde ingresen todos los que tengan algún vínculo consanguíneo con ellos y sean castrados. Después, hacerlos ver como se tortura uno x uno a sus familiares hasta que confiesen todos su crímenes para después quemarlos en leña verde y echar las cenizas en una cueva profunda. HAY QUE DESTRUIR LA CADENA GENÉTICA DE ESTA BASURA, concentrarla y destruirla sin miramientos”.
Hay otra serie de comentarios destinados a demeritar el trabajo de la CNDH y de las organizaciones de derechos humanos que, según los lectores, solamente sirven para defender a los delincuentes, no a los ciudadanos.
Y lo peor es que los que piden la pena de muerte afirman, también, que están conscientes de que la autoridad crea culpables, es decir que la sed de venganza es mayor que la exigencia de justicia. No importa si muere algún inocente, parecen pensar, si eso sirve de ejemplo.
Yo no sé a ustedes, pero a mi esos comentarios me aterran porque denotan una terrible violencia. Y lo más peligroso es que el gobierno, deseoso de dar respuesta, opte por condenas tan injustas como la de Jacinta Francisco Marcial, la indígena condenada a 20 años de prisión por secuestro.
Este ambiente de descomposición es el ideal para que la implantación de conductas autoritarias, la fabricación de culpables y las condenas injustas. Tenemos que estar alerta, para que no llegue el momento en que el respeto a los derechos humanos sea percibido más como un lastre que como una defensa, sacrificable en nombre de la seguridad.
La violencia del narco se limita a ciertos estados o municipios, la sed de venganza popular, en cambio, puede meternos a todos en una espiral de autoritarismo muy peligrosa.

5 comentarios:

  1. Desafortunadamente, la bola de idiotas que se mantienen en las cámaras del congreso a costa del erario federal derogaron la pena de muerte de la constitución, misma que a su vez prohibe las penas trascendentales (aquéllas que van más allá del delincuente y alcanzan a las personas cercanas a ellos); por lo tanto no es viable ni ejecutar a los secuestradores de Fernando Martí, ni de Silvia Vargas ni de las demás gentes que son secuestradas en México todos los días.

    Maite, tu nota suena apologética: me recuerda lo que ingenuamente (eufemismo) sostenía la propaganda del (afortunadamente extinto) PSD, que la violencia en la calle había empezado en una casa. O apologética de que ante la escacez económica "Los Rojos", "Los Petricioleti" o los de "La Flor" alcencen los niveles de riqueza que en los '90s alcanzaron Arizmendi y Caletri a través del secuestro.

    Ciertamente se debe remediar la caída en el crecimiento económico de este país, generar empleos bien remunerados, mejorar el nivel de vida de la gente, etc. Pero ahí tienes al pobre de Nelson Vargas: darle empleo como chofer a una persona le costó la vida de su hija ...

    Antes que eso hay que hacer efectivo el estado de derecho y no procurar, sino lograr el invariable cumplimiento de la ley para que estas tragedias no sucedan. Si a un inversionista o emprendedor no le garantizas que si invierte o emprende en México ni le van a saquear su negocio ni sus bienes, ni lo van a secuestrar a él ni van a matar a su familia, no va a haber forma de acotar la pobreza. El Estado "Robin Hood" no funciona; ¡más que comprobado por 70 años de PRIismo!

    Y si, aunque lo haya postulado el PVEM con las nalguitas de Maite Perroni, ¡pena de muerte a los secuestradores! Así lo previó su sacrosanta constitución del '17 y así debería ser.

    NADA DISCULPA, EXPLICA NI JUSTIFICA LA DELINCUENCIA COMO MEDIO DE SUBSISTENCIA.

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  2. Maite:

    En México somos "expertos" en ni siquiera atacar bien y rápido las consecuencias de los problemas cuando lo que se tiene que resolver son los origenes y las causas centrales de los problemas.
    Una de las fórmulas mágicas del viejo régimen priísta, y que amenaza con regresar, fue la romantización de la pobreza con la exhibición miles de veces de la tristemente célebre trilogía cinematográfica de Pedro Infante: el pueblo es siempre bueno y noble. Hoy Televisa y TVAzteca siguen haciendo lo mismo o peor con sus telenovelas, programas "cómicos" y los abominables programas matutinos para señoras descerebradas. Pero lo que está claro es que a 500 años de distancia seguimos en la condiciones psicosociales del Virreinato donde todos odiaban y envidiaban a todos. En aquellas épocas fueron los ibéricos los que odiaban a los criollos, los criollos a los mestizos, los mestizos a los indios y los indios a los negros o esclavos.
    Hoy el pobre odia al rico y el rico odia al pobre. Cuando el periódico Milenio sacó el testimonio de un secuestrador y su modus operandi lo que afloró fue sobre todo una profunda envidia y un complejo de inferioridad de los "morenitos" pobres y feos contra los guapos rubios o blancos mexicanos.
    El incumplimiento general y diario del artículo 1o de la Constitución que habla de la no discriminación es una de las causas de toda esta violencia social descontrolada.
    Pero también las élites blancas no han contribuido a disminuir la enorme bomba social y se siguen exhibiendo y pavoneando en los suplementos de sociales de varios periódicos como si los 51 millones de pobres fueran de Sudán, Moldavia o Tailandia.
    Por lo tanto lo que en México nos hace muchísima falta es la solidaridad y el humanismo de las clases medias argentina y española que ante un crimen contra las mujeres o un atentado terrorista manifiestan su solidaridad y conmiseración con las víctimas.
    Efectivamente, nada justifica la delincuencia como medio de subsistencia pero tampoco nada justifica el desdén, la soberbia, la frivolidad y enorme estupidez de las elites mexicanas.

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  3. Fe de aciertos.- Es el artículo primero de la Constitución el que versa sobre la no discriminación en ninguna de sus formas o manifestaciones.

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  4. Fe de erratas: ni toda la gente rubia, alta y con pinta de portada de revista de modas es rica, ni todos los morenitos y bajitos son pobres. Ni tampoco todas las víctimas de secuestro son chicas bonitas de buenas familias como Silvia Vargas.

    En la Central de Abastos, por ejemplo, se ha elevado el índice de secuestros porque los secuestradores se dieron cuenta de que el fenotipo no necesariamente determina nivel de ingreso, y que por ejemplo un bodeguero gana más y tiene mucha mayor liquidez que un profesionista.

    Entonces el prieto también secuestra prieto. Aunque claro, en muchos contextos el complejo del mexica aflora y se vuelca en el resentimiento social que termina en ese tipo de violencia de clase, que es más violencia de raza.

    En lo de la estupidez de las élites mexicanas estoy de acuerdo (ojo: fenotipo caucásico no es sinónimo de élite, ni fenotipo mestizo es sinónimo de inferiroidad de clase); la gente que tiene el sustento resuelto y dedica su abundante tiempo libre a posar para el Club Deforma, Jetas ... que diga Caras y Quién (¿sabe?) no se da cuenta de que en el bienestar de los menos favorecidos está su seguridad propia. Se empeñan en que el Metro no llegue a estos rumbos residenciales sin reparar en lo que batallan sus empleados domésticos para llegar todos los días a trabajar.

    Pero aguas: en la Colonia había paz social. Ni el Coyote, ni el Zambo, ni el Saltapatrás atentaban contra el Peninsular, ni el Criollo ni el Castizo, ni siquiera contra el Mestizo. http://es.wikipedia.org/wiki/Casta_(colonial)

    Incluso en La India, donde aún existe el sistema de castas, hoy día los ataques y atentados por diferencias religiosas, no por diferencias sociales.

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  5. Rosco:

    Definitivamente, el problema no es el color de la piel puesto que también hay muchos "gansitos", negros por afuera y muy fresas por dentro, así como basura blanca por todos los rincones de México y en todas las clases sociales.
    En la Colonia no hubo la violencia de hoy precisamente por la dominación militar e ideológica que se rompió con la revolución de Independencia.
    En la India, salvo las secesiones de Pakistán, Bangladesh y los ataques terroristas de los sijs; efectivamente no hay guerras religiosas precisamente porque la colonia británica les heredó un sistema político y administrativo muy civilizado y por eso los indios rompen la idea muy fija en América Latina de que en la pobreza no puede haber democracia.

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