martes, 9 de febrero de 2010

Tierra de Juanitos

Si es por admiración oculta, manifiesta o envidia o temor, Juanito marcó uno de esos extraños momentos que marcan los extraños impasses de esta curiosa realidad mexicana actual.
Justo ahora que recreábamos alegremente la onírica propuesta de “México 2000” (Héctor Lechuga y Chucho Salinas, para darse una idea), uno nota que por muy perfumado y de tremenda corbatización que sea el político en turno, en plena ya segunda década de este milenio, parecemos estar inmersos en problemas que, de inmemoriales, se vuelven cíclicos.
¿A poco no eso de pistoleros suena como a forajidos? Ay wey, perdón, esque ahora les dicen “sicarios”, no hombre, si hasta fashion suena: pásele siñor sicario, orita lo atendemos. Antes eran maleantes, ahora son parte del “crimen organizado”, mira nada más, hasta les ponen caché.

Así que por ello, la visita de Juanito al “sacrosanto” recinto para velar las Leyes en México, la SCJN (la Suprim pa´ los cuates), no debe sorprender a nadie por cuanto a que personaje con arrastre de votos –léase también aminoramiento de la aversión- es bienvenido, donde sea.

Así que por ello el temor y la envidia, el recelo y la cacería implacable sobre ese Juanito que todos llevan algo de, en su muy mexica corazoncito.

En esta tierra bendita donde cada vez hay más exorcismos, según nota de hoy del Milenio Diario, como dirían por ahí: no hay respeto, mano.

OBAMA
Choca pegarle a las predicciones, pues no se le hace al papel de agorero del mal, pero a distintas personas uno les comentaba: ese morenito, me recuerda a muchos políticos re buenos pa’ prometer, hasta que llegan a la silla. Distintos editorialistas de variados colores, le están verdaderamente tundiendo a las políticas y decisiones de BHO. Vaya, el bull pen de los Reales de Kansas City parece en un día de campo en comparación a la monda que le están arreando al primer presidente de color allá en los Yunaites. Eso sí, le critican con ELEMENTOS, eso que acá-del-río brilla por su ausencia.

Todo este post, para terminar comparando que los presidentes de Estados Unidos y de México, deben aguantar metralla desde la prensa. Ojo, allá –como en todos lados- hay prensa que manda misiles teledirigidos... hay casos, hay casos.

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