viernes, 31 de julio de 2009

¡Que manden a Zelaya a hacer cajeta!

Según la prensa nacional, Manuel Zelaya, el ex-presidente (váyase resignando) que fue depuesto en Honduras por violar reiteradamente la constitución de su país al pretender organizar una "consulta pública" o referéndum para extender el plazo de su mandato (a lo Hugo Chávez), recibió una invitación de Felipe Calderón para visitar México la primera semana de agosto.

Como expresé en la nota del 30 de junio de este año, lo peor que puede hacer Calderón es meter las manos en esto, primero porque la constitución que él guarda y debe hacer guardar (cosa que Zelaya no hizo en su país) se lo prohíbe: hay un principio de autodeterminación de los pueblos -es decir, los problemas de Honduras deben resolverlos los Hondureños- y de no intervención -¡fuera manos en asuntos extranjeros!- en la constitución Mexicana que deberían impedir que Calderón tenga injerencia en el asunto Hondureño.

Pero más aún, como fue expuesto en esa misma nota, Zelaya fue depuesto por tratar de hacer cosas que es previsible que otros de su misma ralea (ya saben quiénes) ya han hecho y seguramente tratarán de hacer en el futuro.

¿Qué tal si en la OEA le hubieran comprado al Peje su teoría del fraude en 2006? ¿Qué tal si los papeles se hubieran invertido hace 3 años, y los demás gobiernos latinoamericanos hubieran reconocido a Andrés López como "presidente legítimo" -como insisten en reconocer a Zelaya como mandatario Hondureño- y se hubieran reunido en Costa Rica a ver cómo le hacían para meterlo a Los Pinos y que Calderón no hubiera tomado posesión?

México no debe meterse en el conflicto Hondureño y, conforme a la Doctrina Estrada, en todo caso debe limitarse a mantener relaciones diplomáticas con los emisarios de aquél gobierno con el que condiere hacerlo, pero hasta ahí.

1 comentario:

  1. Rosco:

    Como toda política exterior es el reflejo de la política interior, el yerro de recibir a Zelaya implica por carámbola de dos bandas hacerle un guiño a Hugo Chávez y sus sueños bolivarianos güajiros. Es el eterno problema y esfuerzo inútil e insensato de querer quedar bien con todos. Práctica de la escuela diplomática priísta.
    No le demos vueltas, México desde que se firmó el TLCAN en 1993 ya no es parte de América Latina y por lo tanto no tiene ningún caso meterse en dimes y diretes que nada nos aportan absolutamente en términos de milanesas con papas, pan y leche para las mesas de los hogares mexicanos.
    A Calderón le encanta perder el tiempo y darle juego y cancha a los expresidentes bobos de países bananeros.

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