miércoles, 9 de diciembre de 2009

LAS NALGADAS

Maite Reyes Retana

“Unas nalgadas con pencas de nopal es lo que ocupas por falsa y traicionera. Cómo te amaba, qué bruto que animal, cómo fui a dar mi amor a la ligera. Unas nalgadas con pencas de nopal una lección es la que te mereces... Unos rasguños con espinas de maguey, hoy se me antoja jugar gato en tus cachetes”. Eso dice la canción de Alejandro Fernández La Nalgada, que ya provocó la reacción en contra del Inmujeres DF y varios debates, al menos, en programas de radio.
Justamente en uno de estos debates radiales oí la opinión de algún locutor que opinaba que la reacción de la Directora de Inmujeres DF era exagerada, puesto que una canción no podía incitar a la violencia.
Alejandro Fernández, por su parte, ha declarado que "Esta canción refleja lo que es la alegría, la picardía y el humor del mexicano". Declarar algo así en un país en el que, de cada 10 personas que sufren algún tipo de agresión, 8.5 son mujeres, según cifras de la CNDH, me parece, por decir lo menos, irresponsable.
Sería lo mismo que, por poner un ejemplo, interpretar una canción racista en la Sudáfrica del Apartheid.
Seamos claros: una canción no incita a la violencia; sin embargo, las manifestaciones culturales celebrando, así sea de manera “alegre y picaresca”, la violencia contra las mujeres, ayudan a normalizarla, a percibirla como algo natural y socialmente aceptable.
El artículo 5 de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW, obliga a los Estados partes a “...modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.
Cabe recordar que México ratificó la Convención en 1981, pero parece que el art. 5 no le hace demasiado ruido a nuestras autoridades.
En Japón, por poner un ejemplo, En Japón, por ejemplo, existe un juego de video que se llama RapeLay (Juego de violación). El objetivo de RapeLay es que el jugador viole en repetidas ocasiones a una madre y sus dos hijas adolescentes. Esta familia es objeto de la violación como castigo porque la hermana mayor ya había denunciado a la policía el intento de asalto sexual de otra mujer por parte del violador
El Comité de la CEDAW expresó su “preocupación por la normalización de la violencia sexual en Japón, que se refleja en la prevalencia de juegos de vídeo y dibujos animados pornográficos en los que se muestran casos de violaciones, violaciones en grupo, y acecho y abuso sexual de mujeres y niñas”.
El juego fue retirado del mercado y la organización Igualdad Ya, que fue la que alertó de la violencia sexual explícita de este juego, recibió todo tipo de mails en respuesta.
Reproduzco algunos:
“Las mujeres son criaturas estúpidas que no saben hacer otra cosa que cocinarnos la cena. Esto sólo demuestra su estupidez; tienen que darse cuenta de que la palabra ‘igualdad’ es una voz creada por los hombres para los hombres y que nunca ha sido la intención que las mujeres la utilicen, o se refieran a ella o que esa palabra se les concediera".
"A propósito jugué RapeLay: hacérselo a la de 13 años fue lo mejor".
"La única manera de derrotar los derechos de las mujeres y hacer que las cosas vuelvan a ser de provecho para los Hombres es asesinar en masa brutal y públicamente a las mujeres activistas de los derechos. ¿No quiere que le obedezca? ¿No quiere que ella lo complazca? Sí, usted quiere eso. La única manera de tener una oportunidad de conseguir siquiera algo de eso es si todas las feministas y quienes las apoyen estén muertos o queden inútiles”
Puede ser que una canción o un juego no causen violencia, pero si la normalizan, y mientras nos empeñemos en negarlo, seguiremos viendo como crece año con año el número de mujeres agredidas.

1 comentario:

  1. Maite:

    Este tema de la canción de Alejandro Fernández, es exactamente igual al de los narcorridos. Pero en México personas como Malu Micher todavía no entienden como se forma una cultura dominante. Es probable que a esa materia o clases no haya entrado nunca Micher pero hacer esas declaraciones es francamente patético. Del señor Fernández no se puede esperar nada debido a que es un descerebrado al igual que los Camil, Mayer, Kawagui y demás bodrios masculinos.
    Efectivamente es una vergüenza pero las fanáticas de los conciertos fresas cuyas mentes han sido troqueladas por Televisa y TVAzteca no se darán por enteradas.

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