lunes, 2 de febrero de 2009

Herrán, algo de lo que se sabe y no se dice.

El caso del ex zar antidrogas de este peculiar país, es una muestra de porqué Salvador Dalí de plano se quedaría en la banca del equipo “Surrealismo F.C.” si se enrolara al mismo.

Todos los ingredientes para una novela interminable, que ni Dostoievski haría en su sueño más onírico, son los que adornan los del ahora acusado ex procurador y ex secretario de Economía de ese bellísimo estado chiapaneco de la materia.

Prensa a favor, prensa en contra, que se dice lo que no se sabía, que es una venganza política de “esas que se dan” (con nuestro dinero, claro, para que sigamos siendo impávidos testigos de cómo se guamean nuestros justicieros de ayer y los de hoy), testimonios de un ensañamiento contra una familia de periodistas, con la cual literalmente arrasó. Lo cierto es que los límites antes inimaginables, hoy están aquí, para pervertir de la peor manera aquel juego infantil que algunos de nosotros jugábamos a los “policías y ladrones”. No, pues resulta que ahora los chamacos cantan narcocorridos y su afán es ser como el chido y macizo de la película: el malo, porque al pobre del bueno, su jefe y el de asuntos internos lo traen en jaque. Así, con estos tribunales, nuestra justicia es tan laxa, tan blanda, que eso de “certeza jurídica” se queda como una invención buena para la etapa escolar y nada más. Lo anterior sin demérito del factor de poder “aceitar” la maquinaria de justicia que imparte (y parte sabroso) el Estado en una de sus facultades exclusivas, no excluyentes eh, que conste.

Sale este tema, por lo que se publica hoy en Excélsior, sobre una carta en la que el otrora hombre fuerte solicita ayuda al crimen organizado para salir del tambo, bueno, del bote, porque lo otro ya a estas fechas huele al internacionalmente famoso pozole. Tan vehemente es la petición que refiere la nota, que ofrece el sujeto su “alma, ciencia, sapiensa (sic) y contactos”.

La imaginación nos alcanzo en México, dejamos la sorpresa, no dejamos de leer con morbo los diarios... en estos que son los casos que se saben, ¿pueden ser la punta de iceberg?


Alejoague@gmail.com


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