martes, 29 de septiembre de 2009

¡Los Últimos Serán los Paleros!



Luego de meses de estira y afloja, el más notable Patiño de la notablemente ridícula política mexicana, Rafael Acosta finalmente "aflojó el cuerpo" y cedió a las presiones para cumplir su compromiso de declinar la jefatura delegacional más lucrativa del D.F. a favor de la protegida del Peje, Clara Brugada, después de reunirse con el Jefe de Gobierno, quien originalmente había garantizado que tomaría protesta normalmente y con toda la seguridad que le pudiera ofrecer.


Habrá quienes digan que "se vendió", que "lo doblaron" con amenazas o cosas por el estilo. Lo cierto es que en México la política está llena de paleros, y no hay que olvidar el dicho que "los últimos serán los primeros". Para muestra, el propio Marcelo Ebrard.


No se olvide (aunque los mexicanos padecen amnesia política recurrente y crónica), que en 1999 Marcelo Ebrard fue, o pretendió ser, candidato a Jefe de Gobierno por un partido llamado "PCD" o Partido del Centro Democrático, formado por el penúltimo Regente de la Ciudad, Manuel Camacho Solís, durante cuya administración capitalina Marcelo fue Srio. de Gobierno de la Ciudad. Pero en una hábil maniobra política, menos obvia y más efectiva que la de Juanito, Ebrard "declinó" su candidatura en pro de la de López Obrador, cediéndole el "voto útil" del electorado del PCD.


Como obviedad de obviedades, entonces AMLO quedó en primer turno al bat en la jefatura de gobierno iniciado el siglo XXI, Marcelo fue Srio. de Seguridad Pública (hasta lo de Tláhuac) y luego le tocó su turno de ser Jefe de Gobierno, mismo que ya se ha sufrido 3 años en la capital y se sufrirá por otros 3 más.


Tal vez Juanito sea los suficientemente "sencillo" para haber dejado ir el más lucrativo botín del D.F. sin más; tal vez lo movieron a la cordura y a darse cuenta de que la farsa no podía tener alcances reales y que, además, le harían materialmente imposible administrar Iztapalapa (si a Gabriela Cuevas le fue como le fue con los "vecinos" alborotadores en Miguel Hidalgo, ¡¿se imaginan lo que le podía tocar a Juanito en Iztapalapa?!).


Tal vez valdría la pena darle el beneficio de la duda a Acosta; tal vez sólo, como dicen en México, "navega con bandera" de imbécil y alcanzó a aprender algo del manejo que Ebrard hizo de su candidatura de hace 10 años, y tal vez haya logrado obtener algo más que las plazas administrativas que le concedieron.


La respuesta vendrá hasta dentro de 3 años, en las próximas elecciones. No pierdan memoria.

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