miércoles, 18 de febrero de 2009

Los tapados y la ausencia del Estado

Maite Reyes Retana

En ocho ciudades de Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas y Veracruz ha surgido una nueva clase de manifestantes. Los llaman los tapados y son grupos conformados por hombres encapuchados, mujeres, niños y ancianos que rechazan la presencia del Ejército Mexicano y la Policía Federal en sus entidades.
Según los manifestantes, el Ejército Mexicano veja a la sociedad civil, y por eso protestan. Según el gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, las manifestaciones son organizadas y financiadas por el cártel del Golfo y los Zetas.
Lo que parece claro es que el narcotráfico está utilizando a gente pobre contra la autoridad, y eso es preocupante porque demuestra que el gobierno no está siendo capaz de solucionar las necesidades de la ciudadanía.
Las únicas opciones que los gobiernos federal y locales ofrecen a millones de mexicanos son o la informalidad o la delincuencia. No es raro pues que la lucha contra el ambulantaje sea en realidad cosmética; basta con darse una vuelta por El Carmen, en el Centro, para ver cuanto duró la tan cacareada reorganización del comercio informal.
Al gobierno le conviene que exista el comercio informal, puesto que se ahorra muchos millones de pesos en seguridad social y jubilaciones. Además, como no es capaz de crear empleos, cierra los ojos ante el problema. Si a eso le añadimos que, a través de los líderes de ambulantes, los gobiernos locales reciben una buena cantidad de dinero producto del pago de cuotas y que no pasa por la vigilancia de los congresos, el negocio es redondo, y al margen de la ley.
En el caso de los tapados pasa lo mismo: muchos ciudadanos, que seguramente no encuentran trabajo y viven en la pobreza, encuentran en el crimen organizado una manera de ganarse la vida. Y la aceptan, puesto que según González Parás, a los manifestantes les pagan de 200 a 500 pesos por manifestarse ¿Quien más se los paga?
¿Tienen otra opción? Este es otro ejemplo de como, si el gobierno se ausenta y se desentiende de sus responsabilidades, alguien llena el espacio.
En las dos últimas semanas he escrito en este blog sobre los vacíos de poder y sus consecuencias. En mis textos anteriores, hablaba de como organizaciones religiosas han suplido las funciones del Estado. En el caso de los tapados, es el narcotráfico el que llena el espacio; en el de los ambulantes, los líderes corruptos y mafiosos.
Pero todos los ejemplos tienen un denominador común: la ausencia del Estado, y no me refiero solamente al Poder Ejecutivo, sino también al Legislativo y al Judicial.
¿En donde están los diputados y los senadores? ¿Y los jueces?
Mientras no existan oportunidades laborales, mientras nuestra clase política siga sumida en frivolidades y protagonismos, la delincuencia y la informalidad continuarán como la única opción para muchos. Y el Estado optará por cerrar los ojos y enviar a miles de mexicanos a este “basurero laboral"....

1 comentario:

  1. Creo que esta nota tuya refuerza el postulado de otras del suscrito sobre cómo México es un Estado fallido.

    Por otro lado, difiero de la opinión sobre cómo los gobiernos se benefician del comercio informal, piratería y otras formas de delincuencia; en realidad los gobiernos pierden mucho a consecuencia de ello, pues los informales no pagan impuestos ni sobre la renta, ni sobre nóminas, ni otros muchos tributos locales y federales. Se pierde más de lo que se ahorra por las pensiones y seguridad social.

    De otro lado se pierde control y también se pierde autoridad; como señalé en otra nota, un Estados es soberano no sólo en la medida en que otros Estados lo respetan, pero también en la medida en que sus súbditos no cuestionan su potestad.

    Hablas de lo que ganan los tapados por manifestarse contra el ejército; yo pregunto quién más ha escuchado lo que ganaban los ocupantes de los campamentos de AMLO sobre Paseo de la Reforma. Un taxista que me llevó alguna vez a una reunión por ese rumbo me dijo que su cuñado, que trabajaba en el IMSS, checaba tarjeta en su trabajo, decía que bajaba por un café, pasaba lista en el campamento afuera de ese edificio y con eso se embolsó varios miles de pesos mientras duró el mega-plantón. ¿No es lo mismo?

    Estas situaciones son producto de la falta de patriotismo y profesionalismo de los gobiernos, y de las mafias al interior de lo mismo que buscan fuentes para enriquecerse en el corto plazo sin pensar en el mal que ocasionan a largo plazo. Y dichas situaciones subsisten por el miedo que tienen las autoridades que no se benefician de esta delincuencia a usar la fuerza contra estos grupos de corporativismo clientelar, so pena de ser llamados "represores", que la CNDH se quede con el Jesús en la boa y Human Rights Watch y Amnesty International nos bajen en el ranking de derechos humannos ... ¿y qué cuando nos bajan en el índice de riesgo-país para la inversión?

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