domingo, 17 de mayo de 2009

Dando Seguimiento al Table

El Reforma nos da segimiento de la precaria sitacion de las teiboleras de la ciudad ...


Por dos semanas la influenza trastocó la vida de toda la Ciudad, incluso en los table, donde ahora el contacto debe ser más seguro.Foto: Archivo
Acceden clientes de tables a llevarse su buena dósis de gel antibacterial con tal de disfrutar los bailes eróticos Manuel Durán y Ernesto Osorio
Ciudad de México (17 de mayo de 2009).- En los table dance el contacto no se ha perdido. Romina, una bailarina argentina del club Solid Gold, no tiene miedo de ser contagiada de influenza por alguno de los clientes que la tocan.Aunque no se confía del todo, sabe que los asistentes al establecimiento fueron pasados por un detector térmico, que después de pagar un cover de 200 pesos les aplicaron líquido desinfectante y luego un gel antibacterial en las manos, que todos los meseros y personal de seguridad tienen tapabocas.Incluso que el tubo y el espejo donde se sostienen y observan son limpiados con más frecuencia que antes.Que existe gel antibacterial en los privados y miradas más agudas del personal de seguridad para detectar alguna gripe en personal y clientes.Y en medio de todo se siguen desnudando. Pero si las bailarinas antes no besaban hoy menos. Toman tibias precauciones. Evitan el aliento del cliente pero se dejan tocar, aunque quienes conocen de esta vida nocturna saben que todo es posible, siempre y cuando se tenga para pagar tragos de hasta 200 pesos y bailes de 260 pesos la pieza.Es la vida del table dance antes y después de la influenza.Los mismo en el Men's Club, que el Solid Gold o Queen's se observó que la epidemia de influenza H1N1 que trastornó por dos semanas a la Ciudad, no apagó el deseo y pasión de los capitalinos, que ahora deben entrar con las "manos limpias".Caricias... segurasPareciera que esta Ciudad no estuvo detenida por 10 días, que no hubo medidas extremas de distanciamiento social para evitar contagios de influenza AH1N1.En medio de esta alerta sanitaria parece que hay quienes se sienten inmunes al virus.En los tables dance siguen pagando bailes donde el contacto y las caricias son lo importante.A la entrada del Men's Club una pizarra en la pared marca el antes y después de la alerta sanitaria por la influenza.Son las medidas de higiene que dispuso la Secretaria de Salud local. Mientras se ingresa hay más señales que indican los esfuerzos por detener al virus, pero sin alterar el servicio.En una mesa fueron colocados dos frascos con gel antibacterial para las manos de los clientes, después de dejar 260 pesos por persona en el mostrador de la caja.Sergio, un joven profesionista, es recibido en las escaleras por una edecán con tapabocas.Recibe una propaganda para próximos eventos y en medio un volante con el prontuario de las recomendaciones sanitarias.Más de uno se ríe al leerlas las dos primeras recomendaciones sanitarias: "No saludar de mano. No saludar de beso...".Y apenas Sergio pasa la entrada una venezolana le planta un beso en la mejilla.Clientes y bailarinas intercambian miradas, roses, caricias y besos, comparten vasos y negocian uno, dos, tres bailes eróticos en su lugar.Meseros, capitanes, floristas y cigarreras van y vienen con tapabocas. El panorama es el mismo de siempre, la mayoría extranjeras, europeas y sudamericanas."Estuvimos aburridísimas, picándonos los ojos, pero ahora ya estamos de vuelta", dice Fernanda, espigada y trigueña, de ojos rasgados, labios gruesos y mejillas alargadas.Cuenta que a los días de la Alerta, los dueños les mandaron a realizar exámenes médicos y de laboratorio.Les advirtieron de no ir enfermas y al menor síntoma mejor reportarse para no trabajar."En el privado tenemos todo; lo único diferente ahora es que ya no me puedes besar en el cuerpo; únicamente en el privado porque ahí tenemos toallas húmedas, gel, condones, lubricantes, aceites, plumas y aromatizantes o si quieres, antes y después te puedes dar un baño. 2 mil 300 y son cinco canciones" dice a una invitación expresa.Ya no tienen miedo, el virus que las dejó fuera de la pista durante dos semanas, únicamente les brindó la certeza de un contacto más seguro con sus clientes.En otro table dance la situación no es tan distinta.00:30 horas. Zona Rosa Al ingresar al Queen's, el filtro de seguridad tienen un termómetro manual para quien se note enfermo, se registra la temperatura sólo de aquellos clientes que a simple vista puedan presentar cuadros de influenza.No es empírica la acción si se toma en cuenta que tienen un paramédico durante toda la la noche interior del sitio, y que incluso ya trabajaba ahí antes de la alerta."Si vienen con más de 38 les pedimos que se retiren, pero sólo se le toma a quienes nos piden que les revisemos o si los vemos nosotros que vienen enfermos", dice uno de los capitanes.Antes de entrar al salón, dos edecanes con una banda atravesada al pecho dan la bienvenida, sonríen y colocan gel en las manos.Al atuendo de meseros, cigarreras y boleteras se sumó el tapabocas en tono azul, similar al uniforme."Es un requisito que nos pidieron; ahora tenemos que andar con tapabocas toda la noche y nos lo cambiamos a cada rato", dice Carolina"No damos vasos desechables, siempre cada cliente ha sido responsable de su vaso: Si le pones uno de plástico es como ofenderlo porque pensaría que lo estamos corriendo y necesitamos que la gente venga", dicen los encargados del lugar.En los sanitarios, únicamente el gel antibacterial es lo nuevo. El resto, es lo mismo: loción, crema para las manos, jabón líquido, condones, lubricantes, chicles, dulces y cigarros, pero no se permite fumar."Vino un señor que decía que le dolía el cuerpo, la cabeza, pero aquí siempre tenemos un paramédico y le pedimos que lo revisara; no tenía nada, más bien era un cruda que ya traía", dice el encargado del baño para caballeros.Sobre la pista, rubias, morenas y pelirrojas ejecutan sus rutinas de siempre; se aferran al tubo y de espaldas viendo hacia un espejo de fondo frotan sus manos y cuerpos contra la pista o el mismo cristal.En cada rutina de las bailarinas, un trabajador con tapabocas sube para limpiar con una solución de agua y cloro los tubos y espejos opacos.La barra, los pasamanos, las estructuras también son constantemente limpiadas con líquidos antibacteriales. Los contactos siguen, son responsabilidad del cliente y bailarinas, a quienes cada día se les aplica un cuestionario sanitario para comprobar que están totalmente en condición de trabajar.En otros lugares de la Zona Rosa e Insurgentes las historias de los tables dances visitados, las mismas medidas de seguridad, la misma clientela que aspira a tener un contacto seguro, por sobre alertas la pasión se mantiene.

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