miércoles, 20 de mayo de 2009

El complot del Peje

Maite Reyes-Retana
Acabo de terminar el libro de Carlos Ahumada, Derecho de Réplica. Terminando con ese me seguí con El Complot, de Adrián Rueda, publicado cuatro años antes. Mis lecturas me dejaron certezas y me crearon muchas dudas.
La principal: ¿porqué los medios no indagaron más allá en el caso Ahumada? ¿Porqué nadie se preguntó si el gobierno del DF estaba extorsionando a Ahumada, aprovechándose de él? ¿Cómo es que nadie habló del complot que emprendió Andrés Manuel, desde su llegada al gobierno, contra Rosario Robles y Cuauhtémoc Cárdenas? ¿Sería porque López Obrador estaba bien posicionado en las encuestas y era mejor no rascarle demasiado al asunto?
Yo trabajé en el gobierno perredista de la ciudad de 2000 a 2002. Una de las primeras instrucciones que recibimos fue buscar algo, cualquier cosa, que incriminara a Rosario en asuntos turbios. Cualquier detalle serviría y, nos dejaron bien claro, era una orden superior, directa del licenciado, osea el Jefe de Gobierno.
Al menos en la oficina en la que yo trabajaba no se encontró nada, pero se nota que la búsqueda continuó, hasta que Bejarano, ayudado por periodistas afines a él, le armaron a Rosario el caso del endeudamiento excesivo, mejor conocido como “el cochinito”. Y, no sobra recordarlo, Andrés Manuel estuvo de acuerdo con ese gasto, puesto que lo ayudó a él a ganar las elecciones. Luego se le olvidó que él había dado su anuencia.
La información que publicó Reforma salió directo de la Jefatura de Gobierno, y fue nada más el primer golpe.
Vi a muchos perredistas disfrutar del dinero de Ahumada, de su avión y de sus “préstamos desinteresados” para las campañas. Vi a Carlos Navarrete, secretario general del sol azteca, decirle que si a todo a Rosario cuando ella era la presidenta. La Jefa, le decían sus colaboradores, aquellos que después le dieron la espalda y hoy tienen puestos en el gabinete de Ebrard.
Vi a Carlos Imaz y a Armando Quintero convertidos en perritos falderos, suspirando por una palabra de la presidenta, mientras los chuchos la cercaban, esperando el primer paso en falso para atacarla con todo. No le perdonaban haber solicitado que se elaborara un informe sobre las elecciones internas, en el que salían muy mal parados.
Hoy todos dicen que no sabían nada, que usaron el avión sin preguntarse de quien era o porque estaba a su disposición. Tampoco les quedaba claro que si Ahumada les prestaba dinero era en el entendido de que lo tendrían que devolver. Ellos daban por hecho que era un regalo, aunque ahora todos lo nieguen.
El conflicto entre Ricardo Monreal y Amalia García no es más que otro episodio del estilo de luchar de los perredistas: son capaces de todo, de utilizar todo el peso de un gobierno y del poder judicial para deshacerse del adversario. No les importa lanzarse acusaciones tan graves como estar involucrados con el narco o proteger al crimen organizado. Así es nuestra izquierda.
¡Y luego critican que algunos llamen a anular el voto!

6 comentarios:

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  2. 1.- Maite, anular el voto no es la solución. Igual no se puede votar por quien uno quisiera (a mí me encantaría poder tener a Rudy Giuliani si no de Presidente, cuando menos de Jefe de Gobierno, pero tiene impedimento constitucional), pero el deber cívico es votar, siquiera por "el menos pior".

    2.- Disculpen que me ponga personal, pero, ¡ahí lo tienes, Adolfo! ¿Ese es el partido y la gente por la que te precias de haber votado? ...

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  4. Rosco: tienes razón, no votar no es la solución, pero tampoco quiero seguirle darle dinero a estos políticos. Ellos existen porque nosotros votamos por ellos o por sus partidos, o no?

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  5. La gran pregunta es ¿debe el PRD ser forzosamente el mayor representante de la izquierda mexicana? No y de ninguna manera porque desde su nacimiento arrastra el ADN priísta populista-autoritario y los ADN soviético, estalinista, maoísta, troskista, guevarista, fidelista, chavista, etc. Conformando un genoma espantoso clásico de América Latina.
    Como Maite también tuve la desgracia de trabajar una vez con los perredistas y puedo afirmar y demostrar que les super encanta la lana del presupuesto público y todos los fastos y pompas del poder.

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  6. 1. No se olvide el gen fascista que incluye el genoma perredista (omitiría mencionar el guevarista, porque la nacada del PRD va a pensar que es por Ana Guevara).

    2. Maite, pues el tema es que la sociedad organizada haga patente su deseo de terminar con la partidocracia que sofoca la política mexicana y ordeña al erario nacional. El crecimiento de la democracia mexicana no ha servido más que para crear partidos enanos, que son negocios familiares sin representatividad y que subsisten como sanguijuelas a base de coaliciones para seguir drenando las arcas nacionales.

    Vamos a ver si ya que no hay "cláusula de la vida eterna" el Verde, PSD y Convergencia lograr sobrevivir; claro está que dependerá de a ver de qué otro partido se cuelgan para subsistir, porque solitos no podrían ni de broma.

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