Letanía y Militarismo.

No sé ustedes, pero me llega la preocupación de que leo por varios lados que nadie cree en los partidos, que todos los candidatos "apestan" y que las cosas deben cambiar. Claro, todos los que formulan comentarios en ese sentido, lo hacen desde la comodidad de su oficina o negocio propio, queriendo a toda costa no perder lo que tienen. Bueno, yo me pregunto qué pasa con los del hastío, que niegan que votarán, que reniegan de haber votado, ¿qué pasa con ellos en relación a qué están haciendo para revertir está situación? Me gustaría en verdad saberlo porque, insisto, somos geniales para quejarnos (hasta con humor) de las autoridades electas, pero somos muy reticentes a proponer, quizá por el miedo a que se burlen de su idea... o porque de plano no ponen la canica a girar, no ponen la mente al servicio de la comunidad.
En serio, ¿qué está havciendo el mexicano promedio para mejorar las cosas? Esta pregunta la hago, de plano decepcionado de algunos dizque innovadores mecanismos ciudadanos que terminan siendo clichés o de plano protagonismos estériles.

¿Presidente militar?
Lo anterior abona al camino a que alguien llegue con el fuete. Ya van varias personas de los más distintos estratos sociales, que les escucho (o leo) decir que lo que necesita este país "es otro Porfirio Díaz". Dadas las actuales circunstancias donde sólo el Ejército Mexicano se ve como institución firme, ante la duda por los poderes de la Unión, o de los distintos niveles de gobierno, se ve factible que un candidato del sector castrense sea una apuesta fuerte para la Presidencia de la República en 2012. Las ONGs se van a rasgar las vestiduras, la izquierda también, pero, ellos están sumidos en el descrédito y el cuestionamiento por igual.
Ciertamente en la larga época de Porfirio Díaz en el poder, nuestro país tuvo crecimiento, se apostó por cosas que hoy se ven distantes, como una red ferroviaria la cual de plano ni se ha podido re establecer lo que se hizo hace tantos años... en el porfirismo. Sí hubo crecimiento, se codeó con la cultura francesa, había paridad y hasta superioridad con el dolar, pero, no olvidemos que la oposición era verdaderamente perseguida, al grado que a la salida del General Díaz del poder, no se tenía una generación de políticos que pudiera hacerse cargo en forma. Las consecuencias después de vieron.

Una para Marcelo.
Leíamos recientemente lo que se comenta de Marcelo Ebrard, que lo quieren tumbar desde un grupo variopinto, de los que no faltan, de los que tienen la idea de destruir para ver qué pasa. Frecuentemente se tienen amenazas al gobierno de cualquier nivel, no se puede dudar que existe gente perversa con la intención de generar discordia o caos, para ver si pescan algo. Es increíble que nuestro país tenga estos grupos destructivos mientras, como dijimos al principio, pocos se atreven a hacer propuestas constructivas y no necesariamente restrictivas.
Ser o no fan de Ebrard y sus lineamientos de gobierno, no te puede inhibir de que es un gobernante electo, igual que Calderón. Ante la abulia, el desdén, la pasmosidad, la mediocridad, la comodinez, nos corresponde luchar porque nuestro país crezca: estos momentos son los que verdaderamente exigen que saques lo mejor, o que sigas siendo convenientemente del montón.