jueves, 8 de enero de 2009

El Aeropuerto Internacional del D.F. es un ANTRO DE MALA MUERTE.

Es una vergüenza que el puerto de entrada a la capital de nuestro país, el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, sea poco menos que un antro de mala muerte, a pesar de ser zona federal y supuestamente de alta seguridad. En tanto los policías vigilantes de los accesos al mismo están más ocupados en ver que los conductores no se estacionen en sus afueras, para evitarse el robo en despoblado que resultan las tarifas del estacionamiento (particularmente del internacional), adentro y alrededor pasan todo tipo de cosas.

Según notas publicadas en meses pasados, particularmente por el REFORMA, primero el ex-canciller Jorge Castañeda exhibió al gremio de maleteros del aeropuerto cuando enérgicamente protestó ante el impedimento para sacar el carrito del equipaje él mismo fuera de los barrotes que delimitan la última puerta de arribo. Viajen ustedes a cualquier aeropuerto civilizado (léase, primer mundo) y verán que la gente normalmente sale con sus maletas en el carrito del aeropuerto hacia el taxi o los coches que le esperan, sin que ningún chalán se las lleve en un diablito.

Luego resultó que además estos maleteros mañosos tienen el monopolio del manejo de las sillas de ruedas dentro de la terminal aérea, y cobran por ello a las aerolíneas. Así de fácil, y todo por una prevenda que quién sabe a título (o a cambio) de qué se les dio hasta el 2010.

Más tarde se dio cuenta de algunos indigentes que pernoctan y se asean en las instalaciones del propio AICM, con la complascencia de los encargados de las instalaciones del mismo. Incluso se reportó (y popularizó) a un ciudadano japonés que, sin ser indigente, decidió quedarse, cual Tom Hanks (http://www.imdb.com/title/tt0362227/), a habitar en la parte internacional del aeropuerto, hasta que alguien le ofreció asilo en su domicilio.

Hace algunos años se reportaron secuestros expréss y virtuales dentro del AICM, y a la fecha se reportan los constantes robos a turistas en el mismo aeropuerto y sus inmediaciones. Brillante idea la de construir una Terminal 2, que parece hotel de gran turismo, mientras que los alrededores son un rumbo donde hasta los perros cargan navaja, y uno tiene que circular por calles verdaderamente pavorosas (particularmente en la noche/madrugada) para salir a la civilización.

Insisto, los policías de las entradas muy pendientes de que no se afecte el negocio de quien sea que tenga la concesión del estacionamiento, pero no importa si al visitante connacional o extranjero lo atracan a su llegada al D.F., ¿no?

La que sí me colma el plato y ayer me agotó la paciencia en el tráfico es la de los taxistas del mentado Sitio 300, que meses atrás habían literalmente marchado por los pasillos del AICM en reclamo de la renovación de su contrato, y que este martes cerraron calles alrededor de la residencia oficial de Los Pinos en protesta por la entrada de otras empresas de taxis para prestar ese servicio en el aeropuerto. Dicho en otras palabras, los distinguidos señores taxistas desquiciaron el tráfico en la zona de Chapultepec, Polanco y Tacubaya para pugnar por una prevenda cuasi-feudal que les fue otorgada en los años en que toda la política se manejaba mediante el otorgamiento de tales prevendas a grupos de presión y corporativismo clientelar (táctica muy favorecida por el PRI y el PRD), como es el caso.

Nótese que la autorización de la SCT a nuevas empresas de taxis para prestar el servicio en el AICM sigue una recomendación de la Comisión Federal de Competencia Económica, que data de hace 2 años, para mejorar y abaratar el servicio de taxi autorizado por el aeropuerto. Es decir, ayer los taxistas fueron a protestar al domicilio del Ejecutivo para que le ordenara a una Secretaría que depende de él que no observara la recomendación de otro organismo que igualmente depende de él. Magnífica idea ...

Los agremiados del Sitio 300 se aferran a ser los únicos taxis del aeropuerto por otros 10 años, y de seguro así sucevamente. La autoridad insiste en que todos los recursos interpuestos por el Sitio 300 han sido resueltos, y por ello ahora recurren a medios de presión, como el cierre de calles, protestas y plantones para presionar a la autoridad a que dé marcha atrás a las resoluciones que no les favorecen o que consideran injustas desde su perspectiva (¿les suena conocido?; ¿no se les ocurre el nombre de algún político que de algunos años para acá ha recurrido y promovido el uso de ese modus operandi?).

No sorprende que eso y peor y más suceda en el aeropuerto respecto del cual lo único que hizo el anterior Secretario de Comunicaciones y Transportes fue cambiarle el techo, y en tanto que el actual no ha hecho nada. Eso sí, no se estacione afuera del aeropuerto a esperar a su viajero; déjese esculcar sus maletas (por aquéllo de las dudas de que ud. sea alguien nivel McGiver o Steven Seagall que pueda armar un explosivo letal con su encendedor); pase a que le revisen hasta las amalgamas de las muelas antes de subirse al avión (y si se porta mal, lo revisan a fondo y con guante de látex), pero eso sí, a cambio pague un dineral de impuestos y otros cargos por servicios de ese antro de aeropuerto, en tanto que autoridades y permisionarios hacen lo que se les dá la gana.

¿Quién hace algo al respecto?

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