lunes, 19 de enero de 2009

VI Encuentro Mundial de las Familias (v 3) El "Secuestro" del Término Familia


El día de ayer concluyó el susodicho "Encuentro Mundial de las Familias", y por ello va mi tercera y última entrega respecto de dicho evento. Esta nota se centra en lo que considero el "secuestro" del término familia por parte de los organizadores del evento.
El término "familia" ha sido utilizado de muy diversas formas; se le aplica al núcleo de personas, ascendientes y descendientes, que viven juntas; a grupos presuntamente delictivos, como las "familias" de la mafia italiana o aquél que se supone opera desde el estado de Michoacán. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, familia es:
1. f. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas.
2. f. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje.
3. f. Hijos o descendencia.
8. f. coloq. Grupo numeroso de personas.


También véase http://es.wikipedia.org/wiki/Familia

Ahora bien, me parece que el término "familia" fue "secuestrado" por los organizadores del susodicho "Encuentro Mundial de las Familias"; deberían haberlo llamado "VI Encuentro Mundial de las Familias CATÓLICAS". El simple hecho de atribuirle el término en exclusiva a un encuentro de naturaleza confesional parecería negarle el status de familias a los núcleos que profesen otras devociones. Es decir, desde la perspectiva de la lógica formal, ese título parece decir que solamente son familias las católicas, y las que no lo sean no se pueden llamar familias; entonces no serían familias las mormonas, budistas, musulmanas, agnósticas, etc.

Eso podría quedar en un error garrafal de PR y marketing. No creo que la Iglesia de Roma se atreviera a negarle el status de familia a los núcleos familiares de otras religiones; más aún por lo dicho por el Papa al final del evento anunciando que no debe confundirse a la familia con "otras formas de convivencia". Es decir, el Vicario de Cristo implícitamente niega el status de familia a aquéllas que no sigan el modelo tradicional de padres (que para eso primero tienen que haber recibido el sacramento del matrimonio) y sus hijos.

Tengo cierto respeto por algunas (no todas) las posturas y dogmas de la Iglesia de Roma, y por tanto puedo entender que le nieguen el status de matrimonio a las uniones homosexuales, poligámicas y poliándricas (que la Santa Sede denomina como "uniones de hecho"), por mantener que el matrimonio es la unión de un solo hombre con una sola mujer, puesto que para la fe Católica el matrimonio (http://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio#Matrimonio_cat.C3.B3lico) es un sacramento (http://www.vatican.va/archive/catechism/part_2/documents/cathechism_part-2-section-2-chapter-3-art.-7_sp.html), y como sacramento de su fe ellos pueden decidir qué es para ellos un sacramento, más no pueden decidirlo por todo el mundo.

Por ejemplo, en su momento mis padres se divorciaron; ambos volvieron a contraer nupcias (pero civiles, pues a diferencia de Vicente Fox y Martha Sahagún no obtiveron la anulación canónica de su primer matrimonio), tengo medios hermanos y en distintos momentos viví con mi padre y su segunda esposa y con mi madre y su segundo esposo. A los ojos del Vaticano mis padres siguen casados, sus segundos enlaces son ilegítimos y, para pronto, no somos familia, lo cual les discuto y debato.

Por contra vean la imagen que puse como encabezado de esta nota: un grupo denominado "Católicas por el Derecho a Decidir" (http://www.catolicasporelderechoadecidir.org/pais.php?id=5) ha montado en diversas vayas publicitarias en la Ciudad de México estas imágenes en donde se lee "No todas las familias son iguales; donde hay amor hay familia".

Entonces núcleos como los que refiere la revista "Chilango", en su número de noviembre de 2008, como dos homosexuales que han procreado a una niña con una lesbiana, podrían ser familia, al igual que dos lesbianas que viven con sus respectivos hijos de matrimonios anteriores, etc. http://www.chilango.com/especiales/familias-modernas/familias-modernas/. Debo reconocer que no estoy a favor del matrimonio entre personas del mismo género; de acuerdo a que tengan, por ejemplo, derechos sucesorios o de concubinos si deciden hacer vida juntos, pero no iría hasta el punto de llamarlos "matrimonios".

Sin embargo, como he dicho, el matrimonio es un sacramento; el estado de familia no lo es. Entonces, ¿qué justifica el "secuestro" del término familia y la negativa para atribuírselo a núcleos en donde, como dice el afiche de las Católicas por el Derecho a Decidir, hay amor?

En entrevista radiofónica esta mañana con Carmen Aristegui, José Ramón Cosío, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación refería que de acuerdo con el Conseajo Nacional de Población hay unos 10 tipos de familia en México; una realidad social que no puede soslayarse, ni medirse ni calificarse con la vara con la que mide El Vaticano. Y como dijo, cuestionado sobre la influencia que los pronunciamientos eclesiásticos pudieran tener sobre la Corte, la constitución y las leyes de los Estados Unidos Mexicanos rigen para todos los mexicanos, sean de una u otra fe.

El Dr. Cosío participará el día de mañana en un Seminario del Colegio de México llamado "Familias en el Siglo XXI; Realidades Diversas y Políticas Públicas"; decididamente las conclusiones que se extraigan de dicho seminario serán de gran interés para la discusión del tema.

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