viernes, 16 de enero de 2009

VI Encuentro Mundial de las Familias (v 1) El Presidente hace acto de presencia ...


Este es el primero de varios posts que pienso publicar aquí sobre las ideas que tengo respecto del "VI Encuentro Mundial de las Familias". Procuraré hacerlo de manera respetuosa, y espero quede claro que nada de lo que escriba se encamina al ataque ni a la ofensa de la fe que organizó ese encuentro ni de quienes profesan esa fe y comparten su ideología.


En esta ocasión abordo mi opinión sobre la presencia del Presidente Calderón en dicho evento. En línea con mi anterior post sobre la perspectiva de un partido católico en México, y mi rechazo a la posición dogmática sobre la absoluta separación Estado e Iglesia siempre he considerado absurdas las críticas que se han hecho en México a los presidentes que practican su fe (todos católicos) de manera pública y abierta.


No veo por qué el público debería asumir que un presidente deba ser "devoto de clóset", ni por qué el ejercicio del cargo debiera impedirle ejercer también las devociones de su fe. Por ejemplo, recordarán que en la postrimería del escándalo Clinton-Lewinsky, Bill Clinton manifestó que buscaría guía espiritual para enmendar lo hecho, y fue fotografiado a menudo asistiendo a misa (el Sr. Clinton es Bautista y Hillary es Metodista).
Sin embargo, sí me llama la atención que el Presidente Calderón haya participado en la inauguración de un evento confesional y con fines sociales e incluso políticos tan obvios y marcados como el VI Encuentro Mundial de las Familias. Traiga puesta o no la banda presidencial, el Sr. es el presidente de México, que es un país en donde hay libertad de culto y convivimos personas de distintas religiones, y por tanto aunque él y su esposa sean católicos, representan a todos los mexicanos, incluso a los de credos diversos del suyo.
El evento además tiene tintes sociales y políticos, pues la iglesia católica ha postulado abiertamente su opinión respecto de temas de política y ley como el aborto, el "divorcio expréss", las "sociedades de convivencia", la eutanasia o "voluntad anticipada" y la pena de muerte.
Entonces mi reflexión es la siguiente: el Sr. Calderón y la Sra. Zavala de Calderón tienen todo el derecho de profesar la fe que hayan elegido, y también tienen derecho a tener una posición ideológica o política determinada; ser Presidente o Primera Dama no lo obliga a uno a ser ideológicamente aséptico ni políticamente neutro. Sin embargo sí obliga a ser equitativo y parejo con sus gobernados.
Por tanto, así como el Presidente Calderón participó en la inauguración de este evento católico, quisiera pensar que haría lo mismo si fuera invitado a inaugurar uno de otra fe o corriente social. En reconocimiento a la ecuanimidad de Calderón, recordemos que asistió a la inauguración de la Conferencia Internacional sobre el Sida que se llevó a cabo en México el año pasado.

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