miércoles, 21 de enero de 2009

El Centro Desconocido

Maite Reyes-Retana

El sábado fui al Centro a comprar algunas cosas y comí en el nuevo restaurante de Porrúa, El Mayor. En el último piso de la librería, los dueños acondicionaron una terraza con vistas al Templo Mayor y a la Catedral Metropolitana, de verdad espectacular.
La comida es buena, el servicio eficiente y el lugar muy bonito, vale la pena conocerlo. Sin embargo, y por desgracia, no sé que tanto éxito vaya a tener, por su ubicación: Justo Sierra y Argentina.
Conozco infinidad de personas para las que ir al Centro es peor que entrar al matadero, y eso que solamente conocen la parte que va del Zócalo a Eje Central. Y he de decir que todas esas calles, Madero, Tacuba, 16 de Septiembre, por ejemplo, son muy bonitas y están muy cuidadas.
Pero las calles que están atrás de Catedral o de Palacio Nacional son también una maravilla, y muy poco visitadas. Es una lástima que muchos chilangos no sepan que existe la Iglesia de la Santísima Trinidad, la Casa del Marqués del Apartado, la Plaza Loreto, alhóndiga o Casa Talavera.
Sin duda, esta zona del Centro Histórico ha sido relegada de los programas gubernamentales y de la iniciativa privada. No hay por ahí ni Vips, ni Starbucks ni Office Depot. En cambio, abundan los altares a la Santa Muerte, los comercios de todo tipo, desde los más modernos hasta los más anticuados, las mejores fondas y las más variopintas tribus urbanas.
El grave problema de la zona es la inseguridad, a diferencia de lo que sucede en el primer cuadro en donde hay una constante presencia policiaca.
La zona de la que estoy hablando es más bien tierra de comerciantes ambulantes, narcomenudistas, proxenetas, ladrones y adictos. Con esto no quiero decir que todos los que ahí pululan estén al margen de la ley, pero si es cierto que la policía no le da demasiada lata a los delincuentes.
Comentando este tema con un amigo culto y amante de la Ciudad de México, él decía que la única manera de rescatar la zona e impulsar ahí desarrollos inmobiliarios sería invitando a la iniciativa privada a invertir. Solamente así se modernizaría, decía mi amigo.
Yo estuve de acuerdo; sin embargo, me parecería una lástima ver calles como San Ildefonso, Justo Sierra o Perú llenas de Sanborns o Sears. Creo que la modernidad ha sido casi siempre sinónimo de homogenización y pérdida de identidad, lamentablemente.
Aunque también es cierto que nadie se va a querer mudar a un edificio en el que se reúnan los usuarios de activo o las prostitutas. Y yo me pregunto como hacerle para mejorar la zona sin expulsar a sus habitantes, los que le dan identidad.
¿Alguna idea?
Mientras, vayan a conocer esta parte desconocida y maravillosa del Centro, no los va a decepcionar.

6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo sobre la situación de las calles aledañas a la Librería Porrúa, San Ildelfonso, etc. De hecho los puestos con local frente a la entrada de la Porrúa/El Mayor, dan un poco de miedo y de entrada el edificio está como ¿cayéndose?. Me parece increíble que todavía no haga nada el GDF para solucionar el estado de muchos edificios que como ese seguro, existen más.

    Me sorprende también que te haya gustado El Mayor, yo me llevé muy mala sorpresa a pesar de que moría de ganas por conocer el lugar. El Servicio pésimo, soberbio y lentísimo, y la comida con precios un poco altos con cocina medianamente aceptable. Recomendaría el lugar para mejor darse un brinco a su terraza para una cerveza y ya, pues la vista vale mucho la pena. Pero a todo mundo le va diferente en la feria...

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  2. Verás Maite, me precio de ser razonablemente buen conocedor del Centro Histórico, y conozco los lugares del mismo que mencionas e incluso un poquito de su historia. Mi teoría sobre la decadencia y el abandono del Centro Histórico es que la misma se debe a la medida, innecesaria y populista, del General Lázaro Cárdenas de congelar las rentas en la zona como parte de las medidas que su gobierno adoptó durante la Segunda Guerra Mundial.

    Esa medida fue mantenida hasta pasados los '80s por el populismo de los gobiernos postrevolucionarios que sucedieron al de Cárdenas aún pasada la guerra, y por ello los edificios ahí se encuentran en ruinas, pues los dueños no podían costear su conservación con las rentas, y también por eso se llenó de "población marginal" como la que refieres y que lejos de darle identidad o sabor la hace inhóspita e insalubre.

    Alexander Von Humboldt llamó a la Ciudad de México "La Ciudad de los Palacios" por la majestuosidad de sus construcciones (basta ver el Casino Español para darse idea); María Félix, "La Doña", dijo en un programa de Verónica Castro que era una vergüenza que la misma gente le hubiera hecho al Centro Histórico lo que el terremoto del '85 no fue capaz de hacer.

    Sin inversión de la IP no hay forma de sacar adelante nada; si pudieras recordar el primer cuadro antes de que se constituyera el fideicomiso centro histórico y Slim le empezara a meter $$$$, no darías crédito del avance que ha tenido la zona. No me enloquece ver, como dices, las calles llenas de tiendas Sanborn's, Mix Up, Sears, etc., pero mejor eso a que sean bodegas de piratería, locales de imprentas donde se generan documentos falsos y pululan coyotes, o vecindades en ruinas.

    Si la modernidad ha tendido a la homogeneidad es porque así lo ha querido el mercado: en los '80s mi padre decía que habiendo tan buenas tortas en México sería absurdo pensar en McDonald's, y mira, uno frente a Palacio Nacional (nótese que no tiene su M amarilla gigante); también siempre ha habido excelentes cafecitos en todos los rumbos, pero la gente exigió Starbucks. No obstante no apoyo ideas como la de haber impedido un McDonald's en el zócalo oaxaqueño, so pretexto de que se perdería la identidad cultural del lugar ni nada por el estilo.

    Pero además no dejen de considerar que el problema del Centro Histórico en el DF no se limita a lo inmobiliario, lo económico y lo social; ¡el Centro lleva décadas hundiéndose!. Habría que empezar por resolver eso, antes de que ya no haya Centro Histórico por el cual discutir.

    Y finalmente, mis respetos a la familia Porrúa, que por generaciones ha resistido en su baluarte de República de Argentina no obstante las inhóspitas condiciones del lugar.

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  3. Rosco:
    estoy de acuerdo contigo en muchas de las cosas que dices; de hecho no tengo una opinión formada a este respecto.
    Por eso, me interesa leer las opiniones de aquellos que si las tienen, para ir profundizando en el tema.
    Gracias y saludos

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  4. Changa:
    es cierto, la comida no es demasiado buena y es cara. Pero para tomar una cerveza el lugar está ideal.
    Gracias por tu comentario

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  5. Muy ameno tu anlálisis, Maite; también está escrito con bastante corrección.

    Hace muchos años que no vivo en la ciudad de México, pero de alguna manerea sé de lo que hablas. No obstante, me quedo como receptor, pues para opinar tendría que visitar haber visitado el restaurante.

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  6. Estimado Alberto:
    avisame cuando vengas al DF y te llevo a un tour gastronómico por esa zona del Centro. Te aseguro que vas a comer las mejores gorditas y quesadillas de tu vida. Y si a eso le añades las maravillas arquitectónicas de la zona, la vuelta valdrá la pena.
    Gracias por tu comentario y saludos.

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